Dos pilotos argentinos cruzan América en un avión de 1946
Llegaron a Trujillo, una de las paradas obligatorias
La aviación civil en algunos países es una historia viva, donde sobrevive el espíritu de los viejos pioneros que crearon la aviación como un deporte, como un reto a la imposibilidad de volar del hombre, y una manera de conocer y admirar el planeta. Dos aviadores argentinos Samuel Volpin, de 56 años y Nicolás Cambiagno, de 21 años, decidieron cumplir un sueño e iniciar una travesía de 22 días, desde Bahía Blanca, Argentina, hasta Oshkosh, en Wisconsin, USA, una de las mecas de la aviación donde se realizará del 20 al 26 de julio el tradicional festival aéreo EAA AIRVENTURE OSHKOSH 2015
La diferencia entre Argentina y Perú, es que allá la aviación civil tiene una rica historia viva, con decenas de aeroclubs en todo el país, donde generaciones de jóvenes aprenden a pilotar cada año, bajo la atenta mirada de maestros como Volpin, con más de 35 años de experiencia como piloto civil.
El romanticismo de todo aventurero los mueve como el primer día en que ambos se subieron a un avión, por eso el avión escogido es el “Canario”, un Cessna 140 de 1946, biplaza de ala alta, con fuselaje metálico y un motor de 100 caballos, en el cual deberán recorrer más de 14.000 kilómetros y aterrizar en 13 países. Tal es la perfección de este modelo que los pilotos visitarán en Wichita, Kansas, la matriz dónde construyeron este portento, la sede de la Cessna Aircraft Company.
Aun cuando el plan de vuelo señala que cada 5 horas deberán aterrizar para recargar combustible, en Perú han encontrado “pequeños” problemas como que ya no existen aeródromos civiles, o que simplemente no vendan el combustible que ellos usan. Incluso siendo un vuelo sin fines de lucro, en Trujillo por ejemplo la concesionaria del aeropuerto les cobró como si fueran un vuelo comercial que transporta a cientos de pasajeros, cobrándoles hasta por pisar el suelo trujillano. Ellos llegaron ayer lunes por la tarde y planeaban seguir vuelo hoy, dependiendo del clima.
Resulta que en el Perú la aviación civil está poco más que descuidada, está totalmente abandonada, en Lima el aeroclub de Collique fue vendido y se construye una megaobra, en Trujillo también se cerró por los concesionarios del aeropuerto “Carlos Martínez de Pinillos”. El Perú que ha tenido grandes aviadores civiles, hoy sufre la falta de aeroclubs, a diferencia de Brasil y Argentina que privilegian su aviación civil como una matriz de su aviación comercial.
La nave cuenta con una autonomía de cinco horas y una velocidad máxima de hasta 160 kilómetros por hora. Los aventureros argentinos vuelan alrededor de los 5.500 pies, a 1.500 metros de altura, con el fin de no interrumpir los vuelos comerciales. El vuelo depende mucho de las condiciones del clima, la travesía que se inició en Bahía Blanca ya atravesó Chile, y en su trayecto aterrizarán en Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, México (entre otros) y, finalmente, Estados Unidos.
En cada lugar son recibidos por amantes de la aviación civil, porque quienes gustan de este deporte son una familia mundial, en Trujillo fue Eduardo “Chicho” Rabines, un ex piloto civil de amplia experiencia de vuelo, quien los recibió y atendió en su breve estancia en nuestra ciudad.
El copiloto Cambiagno, tiene 21 años y empezó a volar a los 14, es instructor y además piloto comercial de primera, con más de mil horas de vuelo. Al igual que Volpin, al oírlos hablar de las bondades de la aviación civil, nos damos cuenta que lo mejor de cada viaje es disfrutar de la libertad que les da planear a miles de metros sobre el suelo, en una paz absoluta, admirando los más increíbles paisajes.
Los pilotos han creado la comunidad de Facebook Uniendo Las Américas, Camino a Oshkosh 2015 donde se contactan con todos sus seguidores.