Municipalidad hará respetar las normas con discotecas Million, Insomnia y Camaleón
En próximas horas se interpondrán acciones más drásticas.
Tras la clausura temporal de las conocidas discotecas Million, Insomnia y Camaleón el pasado viernes, la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) condena que los establecimientos hayan reabierto sus puertas vulnerando las normas municipales, por lo tanto, ante la posibilidad de ocurrir cualquier inconveniente o desgracia para los jóvenes asistentes, esta será responsabilidad directa de los promotores.
En tanto, en las próximas horas el Procurador Municipal presentará la denuncia respectiva por desacato a la autoridad. Además, se les estará imponiendo otra multa que se acumula a las anteriores.
Según transcendió los responsables de las discotecas en horas de la noche retiraron los afiches de clausura, desacatando la autoridad municipal. En el caso de Insomnia y Million estos dejaron ingresar a usuarios a pesar de los bloques de concreto, que por ley, tiene que estará a 0.60 cm. de la puerta principal.
“Si ocurre alguna emergencia cuando los jóvenes están en el interior del local, los responsables serán los dueños de los negocios. Ellos piensan que pueden pasar por alto la fiscalización, sin embargo, en las próximas horas estaremos tomando las acciones pertinentes”, manifestó el subgerente de Licencias y Comercialización, Claudio López Benites.
En el caso de la discoteca Camaleón, al retirar sin autorización los afiches de clausura y atender al público, se le impondrá en las próximas horas una sanción referida al código H-102, equivalente al 300 % de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT). Además, se le estaría soldando la entrada principal.
Como se recuerda, las discotecas Insomnia y Million contaban con el permiso para prestar el servicio de bar-restaurant, no obstante funcionaban como discoteca; por lo que anteriormente fueron clausuradas 2 veces.
Las Subgerencias de Ejecución Coactiva, además de Licencias y Comercialización seguirán atendiendo las quejas de los vecinos y fiscalizando otros centros de diversión, pues se trata de preservar la tranquilidad de la ciudad, y más aún cuando se postula a ser Patrimonio Cultural de la Humanidad.