Julio Angulo, todos lo lincharon por sus fotos de Tía María, esta es su verdad
Fuente: www.portalperu.pe
Julio Angulo Delgado ha sido el nombre más mencionado en la prensa nacional, los pro, los anti mineros y autoridades del Estado. Lo lincharon mediáticamente y le prohibieron hablar con la promesa que asumirían su defensa, hasta que finalmente el medio donde laboraba emitió hoy un comunicado donde suspende la relación laboral y remite su caso al Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana.
Hoy Julio está en Lima, dejó Arequipa por varias razones, porque quiere limpiar su nombre, por seguridad y porque se cansó de estar callado, sometido a una culpabilidad que nunca entendió cómo se originó.
“Yo quiero que sepan quién soy yo”, dice. “Desde hace 10 años soy fotógrafo profesional. No soy un improvisado, he cubierto diversos paros, protestas, partidos de fútbol. No trabajo para la Policía Nacional, menos para Southern Perú, tenía una relación laboral con el diario El Comercio”, precisa.
“He trabajado en el Grupo La República casi cinco años y de 2012 hasta enero de 2014 en El Comercio cuando decidieron pasarme al retiro, pero me pidieron siga siendo un colaborar. He estado vinculado hasta hoy”, explica.
¿Cómo sucedieron los hechos? ¿Cómo llegó su foto al diario Correo? ¿Por qué en el video tan difundido se observa una aparente coordinación para involucrar al agricultor Antonio Coasana? ¿Tiene una relación cercana con la Policía? Las preguntas las responde Julio Angulo desde el inicio de la historia.
“El miércoles 22 recibí la llama del diario El Comercio desde Lima. Debía ir a cubrir el paro contra el proyecto Tía María. No quiero revelar nombres, no quiero comprometer a nadie, no diré quién me llamó, pero ellos saben muy bien cómo fue todo”, dice.
Con la comisión encargada decidió contactar a Carlos Sanabria, el corresponsal del diario en Arequipa. Ambos coordinaron. Sanabria se quedaría en Arequipa y él iría a Cocachacra, en Islay. Partió con su equipo fotográfico, sin carné de identificación, ya no lo tiene desde que el diario decidió convertirlo en colaborador eventual.
Julio llegó hasta el puente Pampa Blanca y se encontró con un cerco policial. Se aproximó a un jefe policial y afirmó ser reportero gráfico del diario El Comercio. Nadie le creyó. Sólo podía mostrar su DNI y un diario Depor, donde se publicó unas fotos suyas del club local, Melgar FBC.
“Trabajo aquí vea usted”, mostró la publicación. Seguían sin creerle. Decidió llamar a Sanabria. Puso en contacto al jefe con el corresponsal. El policía lo miró y dijo: bajo tu riesgo pasas, no traes ni máscara antigas, cuestión tuya. Y Julio avanzó. Se encontró con el reportero gráfico del diario La República, Juan Pablo Ayala, y empezaron a caminar.
Hicieron diversas tomas hasta que se inició el enfrentamiento. Gases, disparos, piedras. Julio se cubrió el rostro con una chompa y siguió avanzando. Llegó a subirse a una unidad policial junto a Ayala. Tuvo que prestarle unos de sus lentes. Ambos estaban apoyándose en pleno campo de batalla.
Julio decidió moverse unos metros y observó a un grupo de policías deteniendo a un agricultor. Corrió para registrar el hecho, pero las piedras y los gases lo asustaron, aunque sin detener su labor. “Estaba cuidándome cuando escucho al policía que grita: venga, vengan, miren, y me acerco. No he visto lo que luego las imágenes en video muestran. Solo me acerqué, tomé una secuencia y me retiré”, asegura.
¿Pero las imágenes muestran una aparente coordinación entre el policía y tú?
-He corrido porque oí su voz, vengan, miren, no sabía qué tenía en sus manos, en ese momento sólo miraba a todos lados, buscando proteger mi integridad, sin perder las fotos, la razón de nuestro trabajo.
¿Nunca te diste cuenta que «sembraban» al agricultor?
-Todo era muy confuso, nunca pude percatarme de ese hecho. No he visto eso, luego lo he visto por el vídeo.
Julio revela que luego se retiró y siguió haciendo fotos y registró la detención del agricultor Victoriano Huayta, fallecido en el paro, víctima de disparos de la policía.
“He salido del lugar, caminamos como hora y media, como las 8.00 pm. estaba de regreso a Arequipa, he ido a la oficina del diario El Comercio y despaché 73 fotos. En ese grupo habían tres o cuatro del señor Antonio Coasana. Me aseguré que todas las fotos llegaran y me retiré”, relata.
Esa noche conversó con unos colegas por el chat del Facebook y ante el pedido de algunos de ellos compartió algunas fotos con una aclaración, «son del diario El Comercio, no pueden usarlas».
¿Ninguno de esos amigos era del diario Correo?
-Ninguno, no sé cómo llegaron al diario Correo. Quiero dejar claro que nunca vendí mis fotos a nadie, ni a las agencias u otros diarios. Sólo cometí el error de compartirlo con unos amigos y veo que fue mi mayor pecado. No tengo la culpa del título o la leyenda que pusieron los periodistas de Correo. Yo tomé una foto. Qué tratamiento puedan darle escapa de mis manos.
Julio regresó todavía a Cocachacra el día siguiente. Durmió en Islay, el jueves pasado, pero al día siguiente, con el video circulando por todos lados y los agricultores buscando al “prominero fotógrafo de Correo” decidió abandonar el lugar por seguridad. Hoy ha dejado las redes sociales por los insultos y amenazas que han empezado a lanzarle los sectores más radicales de las protestas del proyecto Tía María. Ha sacado a su hija del colegio. Y ahora, en Lima, quiere limpiar su nombre. Siente que lo han abandonado todos, el medio donde laboraba, sus colegas que lo han linchado por las redes sociales. Se siente más desprotegido que aquel miércoles en el puente Pampa Blanca.
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