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El SÍNDROME DE DOWN debe su nombre a JOHN LANGDON DOWN

El legado de John Langdon Down: Un médico que cambió la forma en que se veía el Síndrome de Down

El Síndrome de Down, una condición genética que afecta a millones de personas en todo el mundo, debe su nombre a John Langdon Down, un médico británico que fue el primero en clasificar la enfermedad en 1866. Sin embargo, la historia detrás del nombre es mucho más que una simple clasificación médica. Es la historia de un hombre que dedicó su vida a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo, y que luchó por cambiar la forma en que se les trataba y se les veía en la sociedad.

John Langdon Down comenzó su carrera como médico jefe de Earlswood, una institución para personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo. Aunque no tenía experiencia previa en el cuidado de personas con este tipo de discapacidades, algo en ellas le interesaba. Veía su valor y su humanidad en una época en que otros no lo veían. Se enfurecía por la forma en que se les trataba, con castigos corporales, mala higiene, altas tasas de mortalidad y nada agradable o que valiera la pena para los pacientes.

El doctor Down insistió en el cambio. Contrató personal nuevo y exigió una atención e higiene adecuadas. Prohibió los castigos y ofreció manualidades y pasatiempos a sus pacientes. Tomó hermosos retratos de sus pacientes, vistiéndolos con sus mejores vestidos y trajes y posando de una manera favorecedora. Utilizó esta colección de más de 200 fotografías para respaldar su descripción clínica del Síndrome de Down, señalando las características físicas que notó, así como otras observaciones clínicas.

En 1868, el doctor Down compró una gran mansión para albergar a personas con Síndrome de Down. En lugar de utilizarla como «institución», se aseguró de que la mansión cumpliera con los más altos estándares de comodidad e higiene. Todas las personas que fueron llevadas allí recibieron educación privada. Se les enseñó a montar a caballo, a hacer jardinería y manualidades. Se les proporcionaron espacios creativos. El doctor Down mandó construir un pequeño teatro como anexo a la mansión, que se convirtió en un espacio para que los pacientes pudieran expresarse y desarrollar sus habilidades artísticas.

La mansión, que se llamó Normansfield, aún sigue en pie en el Reino Unido y ahora se llama The Langdon Down Center and Normansfield Theater. Es un testimonio del legado del doctor Down y de su dedicación a mejorar la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down.

El nombre «Down» no tiene nada que ver con retrasos, ni con la predisposición, ni con el pronóstico del Síndrome. Simplemente lleva el nombre de un médico con una sensibilidad maravillosa, que vio el valor y la humanidad en las personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo, y que luchó por cambiar la forma en que se les trataba y se les veía en la sociedad.

Su legado es un recordatorio de la importancia de tratar a todas las personas con dignidad y respeto, y de proporcionarles las oportunidades y los recursos necesarios para que puedan desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial.

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