Crónica de un joven soñador
Mi nombre es Neil Mc Callum y tengo 27 años. Soy estudiante y actualmente curso la carrera de Comunicación Audiovisual.
Vivo en un balneario muy bonito llamado Huanchaco, rodeado de una extensa playa, adornada con sus atractivos y ancestrales caballitos de totora. Hay tanto por describir de lo que uno puede observar y vivir una agradable experiencia en este hermoso lugar, pero lo que quiero contarles no es del lugar en donde vivo sino del mundo en el que vivimos.
Son las 6:00 am y lo primero que pronunciaron mis labios al despertar fue “Gracias Dios por regalarme un día más de vida”, me asomé por la ventana y mirando al cielo observé como nuevamente Dios me sorprendía mostrándome los suaves y cálidos colores azulados reflejados en el cielo, iluminado por un hermoso y radiante sol. Me dirigí hacia el baño para lavarme la cara, al levantar mi rostro y mirándome al espejo, pensé, ¡Qué habrá pasado hoy!…, me puse una camiseta, un short y mis zapatillas y me dirijo hacia la cocina; estaba todo tan silencioso, pongo a hervir el agua para prepararme el desayuno mientras encendía el tv, y, oh! Noticia!, ya no era de sorprenderme oír hablar sobre los típicos y concurrente casos que se vive no sòlo en nuestra sociedad sino también en todo el mundo, sembrando el miedo y la desesperanza en aquellas personas que de una u otra manera intentan sobrevivir ante un país con gobernantes corruptos, donde siempre gana o sobrevive el que tiene más dinero, el poder de influencia, cambian los hechos porque todo tiene un precio, mientras que humildes personas tienen que rendirse o callar ante razones que para ellos son injustificables.
Empieza a silbar la tetera, me levanto para apagarla y veo venir a mi padre; nos sentamos a desayunar, conversamos sobre algunos temas, compartimos opiniones e intercambiamos ideas como cada mañana, pues siempre hay un tema de que platicar.
Después de una entretenida conversación decidí ir a correr por la playa para votar todo lo malo y respirar ese aire fresco y puro. Al llegar a casa pensé en ir a practicar un poco de «surfing» así que sin pensarlo mucho tomé mi traje y mi tabla y en menos de 5 minutos ya estaba pisando la arena de la playa, mientras hacía un poco de estiramientos observaba el ir y venir de las olas, algunas en sentido contrario, eso me hizo compararlo con nosotros… personas van en una dirección mientras que otras van en sentido opuesto y que en el momento menos inesperado puedes encontrarte con una ola gigantesca, solo hay tres opciones, avanzar y tratar de pasar esa ola gigante, retroceder y volver por el mismo camino o simplemente quedarte quieto y dejarlo a tu suerte.
Quizá esto suena algo ilógico o confuso para quienes no han vivido una experiencia como ésta, pero en fin. Tomé mi tabla y empecé a remar hacia dentro, el mar está muy calmado hoy pero hay buenas olas y he logrado coger muchas, eso me ha puesto muy contento. Miro mi reloj y ya es la hora de almuerzo, me apresuro en remar hacia la orilla, voy corriendo a casa, al ingresar saludo a todos, me dirijo al baño para tomar una ducha, ya listo me siento a la mesa a comer con todos. Satisfecho y cansado me levanto y recojo mis utensilios para lavarlos y luego ir a dormir un par de horas.
Son las 5:30 de la tarde, preparo mis cosas para irme a estudiar. Yendo en el bus recuerdo la pregunta que me hizo mi profesora… ¿Por qué elegí estudiar la carrera de Comunicación Audiovisual?
Mi respuesta no fue tan extensa ni tan corta después de haberme presentado. Decidí estudiar esta carrera porque estoy cansado de ver y escuchar noticias negativas y quiero que haya un cambio positivo en los medios de comunicación
En manera personal creo que hay muchas personas que tienen el mismo sentir de vivir en una sociedad más disciplinada y justa, con el deseo de aportar nuevas ideas para un cambio positivo, pero al final, aquellos deseos van perdiendo su fuerza y se van desvaneciendo en el camino porque no tuvieron el suficiente coraje y la convicción para llegar a cumplirlos.
Solo puedo decir que a pesar de cualquier obstáculo debo continuar porque lo bueno esta al final de la meta. Y es así como culmino mi día.