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LAS MENINAS

Cuando Diego Velázquez pintó Las Meninas (niñas en portugués) nunca imaginó que estaba ante uno de los cuadros más importantes de toda la historia del arte universal.

Ésta obra maestra a nivel pictórico es una muestra de la genialidad de éste extraordinario pintor, pues se trata de un cuadro mucho más misterioso y complejo de lo que parece a simple vista. Es más que un simple cuadro. Es una de las obras de arte más estudiadas de la historia y aún así, no todos los historiadores están de acuerdo en su significado.

Vamos a fijarnos profundamente en él y a descubrir por qué encierra incógnitas que a día de hoy, después de pasados 350 años de su creación, todavía no ha sido aclarada…

Fue en 1656 cuando lo pintó, justo cuatro años antes de su muerte. Tenía 57 años. Aunque hay un detalle en el cuadro por el que se cree, fue pintado 2 años más tarde, ya que Velázquez aparece con una cruz de la Orden Santiago en el pecho y ese título de caballero no le fue dado hasta 1658.

Éste cuadro y «Las Hilanderas» son su gran obra, volcando en ella toda su sabiduría, fruto de muchos años de práctica, estudio y observación.

Consiguió adelantarse a su tiempo en la manera de pintar, ya que logró trasmitir realismo con pocos colores y pocas pinceladas. Él ya usaba la técnica que a finales del siglo XIX, adoptarían los pintores impresionistas.

Pero vamos al tema, la obra representa un momento en la vida de palacio, y transcurre en el cuarto del Prínci­pe del Alcázar.

Vamos a fijarnos bien en este juego visual, una magnífica combinación de planos y espacios.

En el centro aparece la infanta Margarita, tenía cinco años, y estaba rodeada de las hijas de importantes personalida­des, que estaban a su servicio. La que le ofrece el búcaro de agua es María Agustina Sarmiento. La que está si­tuada al otro lado de la infanta es Isabel de Velasco. Detrás de la pequeña Margarita vemos conversar a una mujer que lleva hábito, es Marcela de Ulloa su dama de honor, a su lado, un guardadamas.

A la derecha vemos a Mari Bárbola, la enana hidrocéfala y a su lado Nicolasito Pertusato, el enano bufón junto con el perro de raza mastín, al fondo José Nieto, aposentador de palacio que parece abrir una puerta. Los dos grandes lienzos colgados son de Martínez del Mazo, yerno del pintor.

Por supuesto, distinguimos a Velázquez, que se representa a sí mismo trabajando en un enorme lienzo con la paleta y el pincel en las manos.

Ustedes se preguntarán:

¿ Y donde está la incógnita…?

Si lo observan durante un rato percibirán que algunos personajes traspasan el cuadro con la mirada, hacia afuera, como si hubiera sucedido algo frente a ellos que llama su atención, pero ¿qué puede ser?…

¡ Pues ahí está el quid de la cuestión!

Tienen que buscar a los padres de Margarita dentro del cuadro.

Son los monarcas Felipe IV y Mariana de Austria.

Velázquez no los pinta junto a los demás personajes.

¿Quieren una pista?…

Están reflejados en el espejo, al fondo.

Ahora, miren el cuadro de nuevo y piensen:

si los reyes no están en la sala pero se reflejan en el espejo… ¿Dónde están los reyes? ¿Creen que están en el lugar del espectador?.

Velázquez incluye a los monarcas en el cuadro de una manera muy ingeniosa: nos hace saber que están ahí, en la sala con los demás, aunque no los veamos en la escena.

También hay otra opción.

¿Y si los reyes no acaban de entrar? ¿Y si han estado posando para el pintor?

Imaginen que los reyes están sentados porque Velázquez les está retratando, de repente, los monarcas deciden irse. Se levantan y al ponerse de pie, el espejo capta su imagen. Velázquez deja de pintar y les mira, al igual que la infanta Margarita y los demás.

Si esto fuese así, hay un misterio que quedaría resuelto ¿Saben cuál?… Sabríamos qué cuadro estaría pintando Velázquez :

¡el retrato de los reyes!

Según cómo lo interpretemos, desvelamos cosas del cuadro que en realidad no vemos.

Por si esto fuera poco, hay todavía más en el dibujo superior: que el espejo no refleje la imagen de los reyes, ni entrando ni levantándose después de posar ¿ porqué sucede? ¿Y si lo que refleja el espejo es en realidad lo que Velázquez está pintando?

En realidad, nosotros sólo vemos la parte de atrás del cuadro, que es el bastidor, pero si nos fijamos bien, está girado hacia el espejo.

Quizá Velázquez está pintando a los reyes y el lienzo es lo que se refleja en el espejo…

¡Vaya lío!

Hay quien riza el rizo y opina que se retrata a sí mismo pintando Las Meninas y en ese momento aparecen los reyes. Aunque no lo veamos, serían Las Meninas dentro de Las Meninas.

Con esta pintura Velázquez nos introduce sigilosamente en el misterio y nos invita a jugar, a pensar, a descifrar lo que está sucediendo justo en ese momento congelado en el tiempo.

¿ No les parece una sensación increíble?…

Si a nivel técnico es una obra genial, el argumento es apasionante, es como un juego psicológico, algo que sólo él pudo lograr, el inigualable Diego Velázquez.

Fuente: F/ Velázquez

Foto: Museo Del Prado. Madrid.

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