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LA DACTILOSCOPIA FORENSE UNA DISCIPLINA EMERGENTE EN LAS CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS

Por: Yván Vargas Bourguet

Perito Antropólogo Forense

Maestro en Ciencia Criminalística

Las características morfológicas papilares que se aprecian en la yema de los dedos conocido como huellas dactilares, es estudiada por la dactiloscopia (Morales, 2009; Vargas, 2022), el cual ha permitido el reconocimiento significativo de individuos. La dactiloscopía como disciplina científica es de uso relevante para los antropólogos forenses en la actualidad como una alternativa válida en la identificación de personas en los procesos penales para identificar a personas con falsa identidad (Martínez, 2009), sospechosas de un delito o delincuentes (Gonzáles, 2004); y, en la investigación médico legal para reconocer cadáveres (Correa, 1990). En este último, es mejor aprovechable cuando la data de fallecimiento es reciente pudiéndose observar y/o recuperar las crestas papilares y minucias (Galton, 1892; Okrös, 1965; Delgado, 2009) de las yemas de los dedos de la mano (Guía de identificación humana a través del método dactiloscópico, 2023).

En ambos escenarios; personas vivas o cadáveres, la identificación es posible cuando se hace uso de sistemas informáticos como el AFIS[1] (Martínez, 2009) facilitando el proceso forense, ahora conocido como sistema ABIS[2] el cual consiste en colocar el dedo índice derecho e izquierdo en la placa de vidrio del lector biométrico conectado a una computadora, captando el sudor de la piel y por lo tanto las huellas dactilares, las cuales son homologadas automáticamente con la base de datos de huellas dactilares de la población peruana a través del servicio del RENIEC, teniendo como resultado identificaciones positivas o excluyentes (Prado, 2015; Vargas, 2022; Guía de identificación humana a través del método dactiloscópico, 2023).

Otro escenario, importante en donde los antropólogos hacen uso de la dactiloscopía, son en los casos en donde el sistema ABIS no tiene mayor intervención cada vez que el análisis se realiza entre huellas o impresiones dactilares que obran en papel o documentos dubitados o los recogidos en la escena de los hechos[3] (físico o digital), siendo necesario homologarlos con la impresión dactilar proveniente de la persona que se sospecha es su huella. Esta homologación se tiene que realizar de forma mecánica, para ello se aplica los conocimientos de clasificación o tipología dactilar (tipo, subtipo e infra tipo) establecidos por Oloriz Aguilera (1909) también conocido como Sistema Dactiloscópico Español, además del conocimiento sobre minucias (Galton, 1892)[4].

Producto de este proceso se elabora el documento denominado el informe pericial antropológico forense de análisis dactiloscópico de vital auxilio en la investigación penal que sigue la autoridad solicitante.

Finalmente, otros aportes que realiza el antropólogo de carácter mucho más técnicos son las actividades de registro de impresiones dactilares para la identificación de personas vivas o cadáveres; el levantamiento de huellas digitales (visibles y latentes), en distintos tipos de superficies haciendo empleo de polvos o reactivos químicos para el revelado objetivo (Gonzales, 2004).

En síntesis, un nuevo espacio académico y laborar se apertura para los profesionales especialmente para los antropólogos, en donde el marco histórico, conceptual, teórico y normativo permiten su participación en un contexto de criminalidad en donde el auxilio de profesionales especializados es de vital importancia. Así mismo, la dactiloscopia al ser una disciplina emergente dentro de las ciencias antropológicas es necesario profundizar en investigaciones que permitan continuar con la validación de sus métodos y generar mayores marcos legales para su normalización.

Bibliografía

  • Correa, A. (1990). Identificación forense. México: Trillas.
  • Galton, F. (1892). Finger Prints. London. Macmillan AND Co. New York.
  • Guía de identificación humana a través del método dactiloscópico (2023). Ministerio Público del Perú.
  • González, Malena. (2004) Introducción a la Dactiloscopia como Método de Identificación de Personas. Disponible en: http://cienciaforense.com/Pages/EvidenciaFisica/Dactiloscopia.htm “Huella Dactilar”. http://es.wikipedia.org/wiki/huella_dactilar.
  • Martínez, J. (2009). Dactiloscopía forense. En y. N. Morales M., Identificación de cadáveres en la práctica forense (págs. 95-112). Colombia: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
  • Morales, M. L. (2009). La necropsia médicolegal y la identificación del cadáver. En M. Morales, & E. Niño, Identificación de cadáveres en la práctica forense (págs. 29-65). Colombia: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
  • Prado, F. (2015). Dactiloscopía forense; identificación antropológica en el nuevo Código Procesal Penal del Perú.
  • Vargas, J.Y. (2022). Antropología Física Forense. Manual básico práctico en la identificación humana. Capítulo II: “Dactiloscopía forense, descripción, análisis y cotejo de huellas e impresiones dactilares con fines de identificación humana”. Vicerrectorado Académico e Instituto de Investigación de Arqueología y Antropología – Kuelap (INAAK) de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas. Depósito legal 2021-09853. ISBN: 978-612-48496-1-9.

 

[1] Corresponde a las siglas en inglés: Automatic Fingerprints Identification System (Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Dactilares), implementado en 1990, el cual consiste en un programa que compara huellas dactilares electrónicamente con una base de datos que almacena información dactilar.

[2] Siglas en español que significa Sistema de Autenticación e Identificación Biométrica de la Identidad, implementada en el 2016, el cual cumple la misma función y utilidad descrita para el Sistema AFIS; pero, con una plataforma más actualizada y rápida. Además, la fuente de internet no tiene que ser necesariamente con el servicio de internet brindado por el Ministerio Público, como lo era antes, sino que se puede acceder a este sistema desde cualquier origen de internet.

[3] El sistema ABIS no es útil en estos casos puesto que el lector biométrico no lee imágenes de fotografías o scanner (Vargas, 2022), sino más bien capta el sudor de la piel de los dedos índices que son colocados en este lector biométrico como ya anteriormente hemos detallado.

[4] En otros países se utiliza los sistemas dactiloscópicos de Juan Vucetich (1892) y de Edward Richard Henry (1896).

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