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Opiniones contra fiscales  ayudan impunidad de corruptos y frenan investigación

Por: Amaro Rodríguez S.

Infortunadas y aventuradas opiniones  emitidas  por importantes personajes de nuestro medio nacional, influyen en la generación de una opinión pública tergiversada, en contra el trabajo de jueces y fiscales quienes investigan casos de la mega corrupción, en un intento de devolver la buena imagen que debe tener la administración de justicia en cualquier país.

Los directos beneficiarios que hacen coro nacional contra la buena administración de la justicia, son los grandes corruptos autores del latrocinio de las arcas fiscales del Perú, que repercute en la mayor pobreza, ausencia de bienestar y mayor sufrimiento  en la familias mas vulnerables del Perú, residentes en el Perú profundo.

Llama poderosamente la atención que sea el Cardenal peruano Juan Luis Cipriani, seguramente  llevado por un arrebato sentimental ante el reciente suicidio del ex Presidente Alan García Pérez,  demanda “acabar con la persecución que no es en nombre de la justicia, es en nombre del abuso del poder político”. Cuando está probado en el Perú, no hay persecución política.

También es censurable la opinión del ex candidato a la presidencia de la República Alfredo Barnechea del partido fundado por Fernando Belaúnde Terry, quien señala como causante de la muerte del líder PAP García Pérez, según él a la “mafia judicial de fiscales en contubernio con el gobierno”

Las opiniones son respetables aún  cuando no las comparta la mayoría de peruano, como la emitida por el respetado político nacional Luis Bedoya Reyes  quien afirma “García se  sacrificó por la democracia”, y se le respeta porque así es su percepción política sobre AGP, quien aglutinó con su muerte a una multitud partidaria nacional.

Menudean las opiniones que buscan responsables en la decisión de suicidio por el ex presidente García, hasta se culpa al Presidente de Uruguay por no dar asilo al líder aprista, hasta el congresista de FP Héctor Becerril asustado por la sombra de la investigación en actos de corrupción, se aventura señalar irresponsablemente como culpables a los periodistas.

Finalmente como ciudadanos de a pie, debemos mantenernos muy lúcidos y  firmes en alentar el trabajo de los buenos jueces y fiscales en su labor de  investigación para probar la culpabilidad de los grandes presuntos corruptos autores de robo al Estado.

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