Quememos todo
Por: Katty Martinez Rodas
“Duerme tranquila, wawa querida, que por tu vida, que por la mía, luchamos juntas, y si hace algo pasa, ¡quemamos todo!” ese fue la parte final de la adaptación en Perú y provincias del himno feminista “Un violador en tu camino”. Pero no solo fue una canción, fue una promesa, y ya pasaron muchas cosas: violaciones, feminicidios y desapariciones; entonces, ¿por qué no estamos quemando todo?
Quememos el machismo de raíz, desde la casa, desde la gestación, desde si una mujer decide o no ser madre, sin cuestionamientos, sin miradas hipócritas, sin juzgar a las que no deseamos ser madres y las que buscan ansiosamente traer vida, sin preguntar a mujeres en una entrevista laboral si gestamos, si lactamos o si lo pensamos en un futuro.
Quememos el patriarcado en las escuelas, apoyemos un currículo con enfoque de género, normalicemos hablar de educación sexual íntegral, no nos ruboricemos ante la pregunta de niños, niñas y adolescentes acerca de su deseo, sus cambios físicos y emocionales y las formas de prevención de enfermedades.
Quememos la indolencia de las instituciones que nos deberían proteger, denunciemos a los servidores públicos misóginos, déspotas, corruptos que ensanchan sus cuentas bancarias en detrimento de todos los ciudadanos. No callemos, no seamos cómplices, quizás tengamos miedo arriesgarnos, pero ser valiente consiste en hacer lo correcto pese al temor que ello nos provoque.
Quememos la idea generalizada, incluso en instituciones de ayuda, que todas las víctimas de violencia son heterosexuales, invisibilizando las disidencias sexuales, negándoles derechos sociales, de salud, educación y sociales.
Hagamos una hoguera con todos los prejuicios, dejemos de darle micro a personas que solo tratan de justificar nuestras muertes, seamos responsables de los contenidos que consumimos, quememos las ideas que discriminan y causan agresiones de todo tipo. Que el patriarcado arda, cumplamos nuestra promesa: quememos todo.