Minería, pilar de la reconstrucción
LAMPARA DE CARBURO
Por: Rómulo Mucho.
Viajé a Viena, Austria para participar en una reunión del Comité Internacional de Organización de los Congresos Mundiales de Minería, debemos traer este Congreso para que coincida con nuestro PERUMIN. Al ver como la minería juega un papel importante en la vida humana, me permito sostener que la minería peruana debe ser un pilar para la construcción de los daños causados por el Niño Costero. No culpemos a la naturaleza, culpemos a nuestra incapacidad, improvisación, corrupción que hemos consentido. Es horas de cambiar nuestros paradigmas. Es innegable que las lluvias e inundaciones en el norte de nuestro país afectarán el crecimiento porcentual de nuestro PBI. Existen varias estimaciones, no hay un dato exacto todavía, estimo que será no menor de 1.5% no solo por las pérdidas y afectaciones en infraestructura que necesitarán inversiones mayores a los US$5,000 millones que se tendrán que realizar en materia de reconstrucción sino también porque los efectos de estos desastres afectan la productividad de los diferentes sectores productivos de nuestro país, la primera e ineludible consecuencia es el incremento de los costos de producción.
Nuestra economía es demasiado dependiente del sector minero, por ello tenemos que seguir apostando por la minería, no nos queda otra alternativa por ahora. Como es sabido, nuestras exportaciones se componen de productos con poca transformación. Nuestra estructura productiva se caracteriza por una limitada capacidad de innovación. Como país, no hemos logrado desarrollar clusters productivos de talla mundial y lo peor de todo, es que tenemos elevados niveles de fragilidad institucional, corrupción, desempleo y desigualdad en la distribución de los ingresos.
La minería es quizá el sector hasta ahora menos ”golpeado” por los desastres. Según el INEI, BCRP y el MINEM, en los últimos 10 años la minería ha representado para el Perú 11.7% del PBI, 20% de la inversión privada, 59% de las exportaciones, 24.1% del impuesto a la renta de tercera categoría, 14% de compras a la industria nacional entre otros aspectos. No nos queda otro camino que seguir impulsando la minería y que sea el motor que jale los otros sectores productivos, garantizando el cuidado del ambiente y el desarrollo sostenible de las poblaciones.
Ahora más que antes cobra importancia el desarrollo de proyectos como: Tía María, Quellaveco, Michiquillay, Magistral, entre otros. Estos proyectos representan en conjunto una inversión de US$10.000 millones, que generarán 20.000 puestos de trabajo directo durante la construcción y 150.000 puestos de trabajo indirecto. La puesta en marcha de los mismos puede generar un crecimientos de 1.8% en nuestro PBI.
Necesitamos urgentemente recursos económicos para la reconstrucción de los daños y para enfrentar las heladas que se avecinan en la sierra sur del Perú. El escritor John Calvin Maxwell, autor de más de 80 libros sobre liderazgo nos dice: “el pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie. El líder arregla las velas”.