"La Magia de Cascas" (Crónica)
Autor: Leydi Fiorela Jara Medina
Ha pasado un año desde que pise tierra casquina, en aquel entonces tenía 17 años, me sentí emocionada ya que nunca visité aquel lugar. Era un día nublado y con llovizna.
Recuerdo claramente sus carreteras curveadas y su vegetación. Como olvidar ese día ya que era el último año de secundaria. Vestía blusa verde, pantalón celeste y zapatillas blancas.
La profesora nos explicaba la importancia de su flora pues era un viaje de estudio. La mayoría de mis compañeras apuntaban en sus agendas y la otra parte confiaba en su memoria. Yo preferí anotar cada cosa que decía.
Llegamos a su plaza de armas, era pequeña pero muy atractiva y a su alrededor había montañas tan verdosas. El reloj daba 12 del mediodía y el chofer hizo una parada, todas bajamos y nos dirigimos a almorzar.
Mis amigas y yo compramos un rico ceviche, tan solo recordar se me hace agua la boca. Descansamos por media ahora, pasado ese tiempo, regresamos al bus para continuar nuestro recorrido.
A las 2 de la tarde, los rayos el sol ya comenzaba a salir, hacía calor pero era soportable. Tocó otra parada y fue para observar nuestro río Chicama que en su entorno había muchas plantas y en especial a nuestro grandioso algarrobo.
Luego nos dirigimos a los cañaverales de azúcar, el aire golpeaba suavemente sus hojas y tan solo verlas me sentí con una tranquilidad que es difícil de expresar.
Después nos dirigimos a una tienda donde vendían vino, y como se sabe en cascas lo preparan delicioso. Todas compramos 2 pero nuestra profesora y el chofer compraron 4.
El sol ya se empezaba a ocultar y sabíamos que era hora de volver a casa. Disfruté cada momento aquel día, me quedé tan impresionada por nuestra preciosa naturaleza.
El bus frenó y todas aplaudieron, imagino que al chofer, aunque me pregunto ¿qué le hubieran hecho si lo hacía mal? ¿Le abuchearan? ¡en fin!