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FUNDACIÓN DE SANTIAGO DE CHUCO Y EL APÓSTOL SANTIAGO EL MAYOR.

Hoy 15 de julio 2023 se da inicio a la Fiesta Patronal en honor al Glorioso Apóstol Santiago el Mayor, por el Barrio Santa Mónica Mayordomos, con el concurso de las bandas de músicos y la grandiosa parada del Gallardete.
Benítez Vargas (1993), basado en las crónicas de los agustinos, afirma que la imagen del Apóstol llegó a las tierras del Chuko-Way en 1553 con los misioneros agustinos Juan Coxiga y Juan Ramírez a una capilla exigida en el de Pueblo Nuevo. Pero la efigie huyo tres veces y apareció en el lugar del Pichi Paccha. Los religiosos se dieron cuenta que el Santo quería instalarse ahí y en ese lugar fundaron la villa de Santiago de Chuco y la iglesia el 25 de julio del mismo año.
Otra versión refiere que la fundación de Santiago bajo la advocación de Santiago Apóstol ocurrió el 25 de Julio de 1610 por obra del capitán Diego de la Cerna con el ritual canónico del capellán español Francisco de Asís Centurión, natural de Santiago de Compostela, siendo este clericó quizá quien dio la idea para nombrar a la villa; Samuel R. Mendoza expresa.
«Demos un nombre a la comarca. Andaymarca es su toponímico. No, Chuco lo llaman los naturales.
– Propongo nueva Extremadura, intervino don Juan Peláez.

– Quilla-hirca es el nombre de su principal colina y es su mejor distintivo, observo don Fernando de Silva.

– Brindemos nuestro mejor homenaje al Apóstol Pescador que es el guía de nuestra aventura: llamémosle Santiago, imploro piadosamente el Padre Centurión «Santiago de Chuco» corearon los soldados y así se injerto un gajo de España en el Perú (1948)

– Pueblo fundado por el Juez Oidor Andrés Gonzales de Cuenca en 1567-1569 durante el cumplimiento de las Ordenanzas de Reducciones.
FERIA DE SANTIAGO APÓSTOL, LOS PALLOS Y OTRAS DANZAS.
La feria del Apóstol Santiago se realiza entre los días 15 de Julio y 2 de agosto de cada año. El 15 es el día de la parada de bandera. De ahí hasta el 22 se desarrollan solemnes novenas.
El 23 es el Alba, este día se recuerda la llegada del Apóstol a su feria, como parte del repertorio popular que ha trasuntado el umbral de tiempo. Cuentan los más adultos que sus antepasados refieren que todos los años, el día de la «Bajada «volvía el glorioso apóstol de España, siguiendo la añeja ruta incaica, desde la costa hasta Santiago. Ruta que, partiendo de Chao, se continúa por la cordillera hasta divisar Calipuy. En seguida se cruza las altas cumbres hasta alcanzar el cerro Iros, descendiendo hasta el rió Huarán, continuando por el camino de herradura de las campiñas fecundas de Cotay y Cunguay para finalmente divisar el pueblo de Santiago, desde el pétreo sendero al pie del cerro Huacapongo, ahí donde se estampillo la huella de un caso del albo corcel del Apóstol, justo sobre la «cueva de gentiles». Se cuenta, que en antaño el venerable jinete se desplazaba por dicha ruta blandiendo su espada, con reluciente capuz y sobrero a la pedrada.
Cada año, generación tras generación, el día del «Alba» se rememora este último tramo del retorno triunfal del santo, recibiéndolo inmediatamente después que franquea el rió Patarata, ahí donde se da la bienvenida, en la recepción del «Cerrillo», lugar cuyo aspecto en la primera década del siglo XXI ha cambiado por la expansión urbana, el gentío abarrota el camino por donde llega el ínter del Apóstol portado por algún devoto, que por su gran parecido con el rostro del misionero de Jesús, se encarga de representar este singular suceso del retorno. En antaño representaron al Apóstol cabalgando en su caballo blanco rocín, los señores Sixto Esquivel de Guaytan y Juan Ramírez de Pichunchuco.
Desde el cerrillo acompañan al ínter hasta su templo, los pallos y las Quiyayas, las Contradanzas, Los indios y otras danzas. En la bajada del Apóstol resaltan los Negritos bulliciosos, que modulan; unos peculiares cánticos de saludo al Apóstol.
El 24 es día de «doces», hay peleas de gallos, carreras de cintas a caballo, deporte, etc. En la tarde hay concursos de mojigangas y festivales, se elevan infinidad de globos y la algarabía citandina en la plaza se complementa con el fuerte estridor de cohetes, vacas locas, cordeladas, buscapiques y ruedecillas. Por la noche es la «Luminaria»; los fiesteros toman gro y bailan al compás de los chirocos, y las bandas de músicos de diferentes lugares que son donadas por sus devotos, también de los graciosos «disfrazados», quemándose relucientes castillos, bombardas y se eleven globos por doquier.
El 25 es el «Día. Se amanece saludando a la aurora con 21 camaretazos, rebullicio ocasionado por retumbante explosión de 21 potentes avellas, que despiertan a los soñolientos fiesteros que yacen maltrechos de tanto gro y tanto baile de la noche «Luminaria». A media mañana, cuando el sol agriga y ya deja sentir su presencia, las primeras notas de flautas y cajas anuncian el inicio del itinerario de las mojigangas, que por decenas se van concentrando en el corazón del pueblo. También los campesinos ataviados de sus trajes «Linchecitos» se aprestan a participar de la procesión «Taitito» Apóstol, al igual que los pobladores rubí colas forasteros y «togaos».
Después de la misa y al medio día, estalla la cuetada suenan pantallas y bombardas tañen las campanas del beato campanario, indicando que el Apóstol sale en procesión en su anda dorada por las tierras que fueron de doña María de los reyes, descendiente del Cacique Diego García Tanta Huanca y como ella se calificaba en su testamento «Cacica principal de la Guaranga de Guacampongo» de este pueblo de Santiago de Santiago y el pueblo de la Limpia Concepción de Otuzco y la mitad de Huamachuco en propiedad (Zevallos, 1992:198).
Esa es la hora de la algarabía en la plaza «La calle grande» se abarrota con multicolores mojigangas que ofrece estéticos bailes y sus cánticos y sones atruenan los aires de Santiago. Ahí van los gallardos Pallos de todos lados, que tras su Capitán y al ritmo de las notas del «Punto y el bullicio de sus sonoros cascabeles, zapatean y levantan gran polvareda; las Quiyayas o Pallas de Angasmarca entonan sus quejumbrosas melodías y «aquenan hondos suspiros»; el mítico Qushpe Cóndor del Zuro o Carpabamba va saltando tras el ovillo del maléfico brujo; las Contradanzas de Cunguay deslumbran con su baile picaresco y policromo, los turcos de Chambuc envueltos en sus voluminosas polleras zapatean al ritmo de flauta, tambor y maichiles, en fin, algo indescriptible de nunca acabar. Y que triste que en esta época hagan falta los Ángeles, las Obreras los Huicos, los Amicos y tantas otras mojigangas de antaño. Y desde los balconcillos y ventanales los feligreses arrojan coloridos pétalos de flores, convirtiendo el Anda algo así como un jardín perfumado de mayo. En las 4 esquinas de la extensa calle grande, frente a artísticos altares, se detiene al Apóstol y se le imploran sentidos responsorios.
Durante toda la procesión el experto «cuetero» revienta los bullangueros cohetes en serie infinita. Se escuchan sin cesar en el cielo; Ish… ¡pum! Ish… ¡pum!… Cuando el venerable hace su ingreso en la Plaza de Armas, la multitud estalla de alegría, las mojigangas bailan y cantan con más ahincó y devoción, se elevan vistosos globos que el viento se encarga de esparcirlos por el cielo azul celeste, se queman pantallas y castillos. En ese rato se siente en el alma la grandeza del Santo Milagroso. El recorrido procesional dura hasta más allá del anochecer.
Desparramados por las calles, los mercachifles hacen su agosto en julio, sus baratijas a los ávidos fiesteros venidos de muy lejos. Ya por la tarde, pintorescos borrachines bronqueros, al compás de insultos intercambian puntapiés y golpes a puño limpio, todo un espectáculo; mientras otros parroquianos ebrios yacen dormidos por veredas o chinganas.
Cuando el día cede la noche, después de larga jornada de cánticos y bailes de las mojigangas, es la hora de despedir al Milagroso. Los Pallos formando hileras a ambos lados de la entrada al templo en señal de fe y devoción, cual guerreros triunfantes levantan espadas y sobreros para despedirse del Apóstol, que hace su ingreso triunfal entre inciensos, lágrimas y congojas de todos. Así finaliza la primera fiesta.
Luego la «Octava «u» Octavario» que dura 8 días. Se inicia el 26 de Julio con las corridas de toros. Desde el 30 hay «Alba», Doces» y «Día». Concluye con la adoración y «Subida» del Santo Patrón el 2 de agosto. Hasta ese día los pallos bailan duro y sin cesar y los sentidos Negritos se despiden con cánticos sollozantes y su efusivo coro monocorde «Ra ra ra ra ra ra.» La noche del 2, pasacalle y velación del ínter por la nueva mayordomía, marca el inicio de la fiesta del otro año.
Como la fiesta del pueblo llega a su final, los campesinos vuelven tristes a sus querencias por los serpenteantes caminos reales que emergen de la ciudad de Santiago y en todas las direcciones. Cabracay, Guaychaca, Chacomas, La Soledad, Huayatan, Pueblo nuevo, Conra, Cunguay, Chambuc, etc. En tanto, los visitantes también retornan a casa, abarrotando los ómnibus, el pueblo se queda triste, casi yermo y mucha gente languidece con las enfermedades dejadas por los forasteros.

Fuente: F/Crónicas Santiaguina

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