FENÓMENO EL NIÑO: LOS «MEADITOS DEL NIÑO»
FENÓMENO EL NIÑO, MEADITOS DEL NIÑO,
Por: Floren Bracamonte Ganoza
Si bien es cierto los términos tienen varias acepciones, cuando indicamos fenómeno la mayoría de ellas nos dirigen a algo extraordinario, sin embargo, la primera definición, de la RAE, indica: “Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción»; y. aunque, en ciencia se utiliza la acepción filosófica kantiana «objeto de la experiencia sensible» y por ende todo lo manifiesto y «capturable» es fenoménico, debemos compartir y difundir los conocimientos alcanzados para intentar servir a quienes se tomen un tiempo de leer estas líneas y contribuir en el bagaje intelectual de mis hermanos amigos.
Lo correcto es denominar ENSO (Evento de El Niño Oscilación del sur), y en español ENOS; debido a que son hechos naturales periódicos, es decir suceden cada cierta cantidad de años que han ido variando a través de la historia geológica, por ejemplo los más trascendentales en el siglo XX han sucedido en 1925, 1983, 1997 – 1998, recordando que los hubo trascendentales en otros siglos y que han quedado manifiestos en los estratos de la tierra que han sido estudiados entre otros profesionales por los arqueólogos por estar en el contexto cultural que van estudiando.
Así se ha podido conocer que uno de los más antiguos en esta parte de la costa norte en el área de los Moche sucedió hacia los años 650 d. C., que contribuyó al cambió de la principal ciudad hacia Galindo; luego, hacia el 1200 d. C., que tiene una versión interesante a través de la Leyenda de Naylamp, en la que se menciona: «… Fempellec cometió pecado nefando, con el diablo disfrazado de mujer y por ello fue castigado su reino con grandes y graves lluvias …», lluvias que nos indican un mega niño que impulsó a cambios sociales, políticos y cullturales de los Lambayeque o cultura SIcán.
Cuando mencionamos Mega niño nos referimos a la intensidad, los hay pequeños, medianos, grandes y mega niños, éstos últimos por los estragos que produce en todo ámbito de aspectos, la alteración del paisaje natural y cultural, la afectación de las grandes áreas agrícolas, la de los ciclos vitales para la agricultura, el colapso de partes de los lugares arquitectónicos como templos, centros administrativos rurales, surcos para la agricultura, sistemas hidráulicos, entre otros.
Definitivamente, hay mucho más para manifestar, pero por ahora es suficiente, cuando nos refiramos a esta situación que involucra lluvias excesivas, o sequías, recuerden es un ENSO o un ENOS (Evento de El Niño).
Hasta otro momento y esperando que los «meaditos de El Niño» (referido al Niño Jesús, porque inician en diciembre y de allí el nombre) sean más de fertilidad que de desasosiego, dejándolos con un gran abrazo fraterno.
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