Doña Carmen: un ejemplo de lucha y amor incondicional
Una madre luchadora que ha enfrentado las adversidades con valentía y esperanza.
Hace seis años, Carmen López Gómez (44) del distrito de Simbal en Trujillo, se enteró que su hijo Ángel quien apenas tenía un año de edad, padecía de atrofia cerebral. El golpe de la noticia fue impactante porque los médicos le dijeron que su niño nunca iba a caminar.
Carmen, usuaria del programa Juntos, decidió sacar adelante a su pequeño dedicándose tiempo completo a él, para darle una mejor calidad de vida enfrentando grandes desafíos con determinación y coraje.
Fueron interminables días y noches que pasó en vela para atender a su hijo quien no podía valerse por sí solo. Siempre cumplió con las citas médicas, atenciones y terapias que debía recibir Ángel para poder progresar. Y con el tiempo su determinación, cariño y amor de madre empezaron a dar frutos en su hijo.
Hoy en día, Ángel, quien tiene habilidades diferentes, cursa el segundo grado de primaria en un Centro de Educación Básica Regular (CEBR) puede caminar solo y es feliz ayudando a su madre en el negocio de venta de raspadilla. Carmen sigue trabajando incansablemente para brindarle a su familia mejores oportunidades
Cada mañana ella prepara la lonchera de Ángel y lo acompaña al colegio. “Todos los días lo acompaño a sus clases para ayudarlo y hacemos las tareas juntos. Pese a que mi niño no puede hablar y tiene dificultades para oír, capta todo lo que ve y aprende lo que le enseñan sus profesores”.
A pesar de sus limitaciones, su hijo ha mejorado mucho desde que empezó a ir a asistir a la escuela. Se ha vuelto muy sociable y querido por sus amigos, y destaca en educación física por correr muy rápido.
Después de las clases, Carmen y Ángel van juntos a la plaza, donde está el negocio de las raspadillas. Ángel ayuda a su mamá sacando la mesita y sillas, mientras que ella raspa los bloques de hielo, acomoda los vasitos, echa el hielo y agrega los jarabes de frutas que prepara en su casa para atender a sus clientes.
Doña Carmen es un ejemplo de valentía y dedicación, y su historia nos enseña que el amor y la determinación puede cambiar vidas.